Plan de lectura 2017
Algo que comenzó como una pequeñez hoy cumple 3 años. No nos engañemos: la acumulación de tiempo y trabajo no significan que no sigamos delante de una pequeñez, apenas más grande que medio lustro atrás. Treinta y tres comentarios de libros de Nueva Narrativa Argentina hemos realizado a la fecha. Un total de 132 párrafos, si es que respetamos nuestra premisa de 4 párrafos por artículo. No es una enormidad, pero tampoco está nada mal para un proyecto individual, sin fines de lucro ni otro interés que el de leer y el de comentar lo leído, con el fin último de tener una mínima noción de qué es lo que se está y se estuvo escribiendo últimamente en la Argentina.
Tenemos por costumbre hacer uso de esta efemérides anual para repasar lo que se vino escribiendo y para sacar conclusiones, tal como lo hemos hecho el 3 de febrero de 2015 y el 3 de febrero de 2014. En este caso, abocados durante el primer semestre a la realización de modificaciones estéticas en el sitio web, la lectura fue un poco más espaciada, comenzó recién en abril en lugar de hacerlo en febrero, y —digámoslo— reportó algo menos de entusiasmo que en años anteriores. Se hizo un repaso cinematográfico (nuestras lecturas del guión de Historias extraordinarias, de la literatura de Martín Rejtman y de la novela de El ciudadano ilustre dan cuenta de ello), se leyeron algunos «lobos solitarios» como Gustavo Ferreyra y Diego Muzzio y se encararon proyectos de la sutileza y el detalle (Forasteras y Weiwei, de las jóvenes Bárbara Duhau y Agostina Luz López) así como proyectos «totales» (cf. Cataratas, de Hernán Vanoli), sin obviar la (re)lectura de algunos consagrados, como Alan Pauls y el compendio de viejos escritores que narraron Buenos Aires en la colección Buenos Aires. La ciudad como un plano.
La tecnología al servicio del hombre: con el nuevo diseño de la web y las portadas de los libros dispuestas una al lado de la otra, este repaso resulta mucho más sencillo de hacer. Un libro al lado del otro conforma una biblioteca, con ese toque mágico que tiene toda biblioteca, que es mostrar en forma constante e insistente los lomos (en este caso, las portadas) de todo lo que se ha leído, obligándonos a repensar el paso de ese libro por nuestras manos aún sin que nos lo propongamos. Y para ser sinceros, no deja de llamarnos la atención un detalle, que se ve con un golpe de ojo: ¡cuántos hombres! La primera intuición nos obliga a contar: de las 33 obras leídas, 18 fueron escritas por hombres, 9 por mujeres y 6 por autores varios (que, en todos los casos, incluyen a personas de ambos sexos). Nunca tuvimos una política concreta de lecturas, siempre las cosas «se fueron dando» y un libro llevó a otro, sin hacer mayor hincapié en cuestiones de género. De hecho, si comparamos la cantidad de obras leídas aquí con las que publica el mercado editorial, tal vez los porcentajes de hombres y mujeres sean similares, y ciertamente estamos en un número mucho mayor al que históricamente le correspondió a las mujeres, aunque claro, tal vez su historia en el ámbito público se pueda fechar alrededor de 1960, salvando las excepciones. Es por ello que decidimos que, como si fuese una pequeña «reivindicación histórica» de este sitio, durante 2017 el plan es leer más mujeres que hombres. Empezamos mal, porque mañana se publicará una reseña sobre Federico Falco, pero prometemos cerrar el año con la balanza a favor del género femenino.
¿Es esto un cupo mínimo? ¿Afectará las lecturas? ¿Se deja de leer autores «mejores» en pos de respetar este número? ¿Serán condescendientes con las obras de las autoras? No, no, no y no. Es simplemente otra forma de elegir libros, respetando el azar de siempre, pero haciéndonos eco de la revalidación de los derechos de las mujeres que están siendo reivindicados una vez más por estos años. Y, desde el punto de vista literario, ver si podemos encontrar algún patrón común en la literatura escrita por mujeres en Argentina reciente. Ya veremos qué escribimos en este mismo espacio, exactamente dentro de un año.